Roma
nació en el siglo VIII antes de Cristo. En sus inicios
esta naciente ciudad era simplemente un conglomerado de
cabañas de pastores que ocupaban una serie de colinas en
torno a un lugar
estratégico apto para atravesar el río
Tíber.
En Roma se produce la ruptura completa entre los
ejercicio atléticos y los ejercicio higiénicos. En
la palestra los jóvenes romanos practicaban una gimnasia
(salvando las distancias) parecida a la sueca. Los juegos
atléticos tenían en Roma un carácter de espectáculo. Los
jóvenes Romanos sólo frecuentaban el anfiteatro
como espectadores, dejando estas prácticas en mano de
profesionales reclutados entre los pueblos
bárbaros.
El ciudadano Romano promedio creía que el
ejercicio era solamente necesario para la salud y pare el
entrenamiento bélico. No se vislumbraba el valor de juego
como algo placentero durante el tiempo libre.
En los primeros tiempos de Roma la educación era
predominantemente campesina y militar, oponiéndose los
viejos romanos a la penetración de las costumbres
helénicas. En gimnasia los romanos no innovaron. Los
romanos nunca se pusieron de acuerdo sobre la educación
física.
Ni la abandonaron ni tuvo la consideración de la
época griega clásica; como ya señalamos, la
influencia sobre Roma fue todo de la época
helenística, en la que la importancia de la
educación física había disminuido
ostensiblemente. El tipo de gimnasia que más
proliferó en Roma fue la gimnasia atlética y
profesional que se manifestaba en los espectáculos de
lucha y que despertaba pasiones muy fuertes entre los
espectadores.
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